Raúl Antonio Cota
Pocos aconteceres históricos han fascinado tanto al hombre occidental como el del contacto que se produjo luego del violento arribo europeo a América, por el empeño de saber con claridad qué sucedió en el alma y en la cultura del ser humano que participó en ese encuentro de dos mundos desde finales del siglo XVI.
Raúl Antonio Cota vuelve en esta novela sobre dos de sus preocupaciones escriturales: la historia y la literatura. Y nos entrega, en productiva búsqueda fenomenológica de la cultura geográfica, una visión-poético-narrativa del "paleolítico fosilizado" (M. León-Por tilla) al que se enfrentó un misionero jesuita de origen alemán, particularmente importante para la historiografía del noroeste de México: johann Jakob Baegert, quien, "aunque desilusionado con el clima, el paisaje y los californios, inició una inmensa labor evangélica y constructiva en su misión." (W. M. Mathes)
El padre Juan Jacobo ha sido señalado como el responsable de la "leyenda negra de la California" (Pablo L. Martínez) por su visión pesimista, se dice, del universo peninsular. A despecho de ello, Raúl Antonio Cota intenta con fortuna el rescate del valor objetivo de la subjetividad de Baegert, nutrida en la estética del mar y del desierto. Así, la novela se constituye en acercamiento preciso, minucioso a la vida cotidiana de los indígenas en la misión y en el vasto campo californiano, a través de un observador-participante sensible y lúcido. Cinco cartas abren la novela; por ellas se toma el pulso al ánimo religioso y el tacto de la fe que poseía el sacerdote. Iremos luego al asombro inicial de la travesía por el mar de Cortés, sus primeras relaciones con los nativos , la construcción del templo, la consistencia de los hijos de la tierra, el polvo lunar, las pinturas rupestres, las costumbres, la alimentación, los rituales de la caza, la medicina natural. el suceso diario en la misión, el cementerio marino ...
La lectura ele esta primavera novela de Raúl Antonio Cota proporcionará, seguramente, variados elementos ele apoyo para comprender mejor nuestra cultura regional y, en algunos sentidos, para explicar el pensamiento y el actuar humanos en términos más amplios .
Si con Milán Kundera reflexionamos en que el novelista no es ni un historiador ni un profeta , sino un explorador ele la existencia, el autor de la novela que hoy se integra con especial merecimiento a la bibliografía californiana está guiado, sin duda alguna , por un empeñoso afán de indagación que enriquecen su amenidad narrativa, videncia poética y ejercicio imaginístico que apreciará cabalmente el lector, con certeza.